5 de noviembre de 2009

Principios de mes

El hombre de los pelos largos, la nariz para abajo, como una bambucha usada, la remera dark y el jean roto. El otro con mucho pelo, y rizos y bucles y rulos, muy negros, la cara ancha, nariz gorda, ojos chiquitos y pestañas largas, los labios gruesos. La mujer flaquita, rubia o canosa, rostro arrugado, boca fruncida, cejas finitas, cuatro pulseras. El joven de anteojos, remera negra, camisa a cuadros abierta, jeans desgastados, libro en mano. Despues venía yo. Una fila bastante extraña que terminaba (o comenzaba) con un hueco en la pared donde dos manos daban la sospecha de esconder una persona detras. El pelilargo se acercó y metió la cabeza al hueco. No tardo muchos minutos, caminó hacia la salida (sin puertas) y salió por el agujero de la pared. Luego el peludo, la fruncida y el nerd. Pasé yo y las manitos, bastante suaves por cierto, me acomodaron el pelo, como quien busca piojos en un chico. Sentí un golpecito y la mano me extendió un recibo. 50 km hasta el proximo mes. Mas de lo que pense, sobraban para los domingos.

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