20 de junio de 2012

Aniversarios Marxistas

Hoy es un dia sin noche, una noche sin sabanas, unas sabanas frías sin cuerpo que envolver. Las ideas fluyen no como en un cuaderno gloria naranja, hoja tras hoja, inicio, nudo, descenlace. No. El choque torrencial entre el encefalo y vaya uno a saber donde de multiples ideas vacías que vienen a ser los cuencos de delicadas gotas que llenan un saber. Marx y sus ideas de alienación me sacuden los recuerdos, esas filas infinitas de alumnos color blanco, sin miradas, con una boca que hace eco en todas sus caras y hablan de cosas que nombran patria pero nadie sabe por que. Tantos servicios, tantas personas. Y la educacion? Eso es educación. Mirar la realidad es educación. Darse cuenta que uno esta de mas, que uno no merece el sistema. El glorioso sistema imperfecto pero único. Es lo único que tenemos, cantan las publicidades: tener, tener, tener. Y si no tenemos nada? Y si no hay nada? Que hay atras de esa nada mentirosa? Las monjas estan tan desnudas como nosotros debajo de sus ropas santificadas. Atrás, estamos nosotros de verdad. O no. Y Marx dice que uno no deja huella de sí en lo que produce, llega mi cumpleaños y entonces son montañas o nada de regalos envueltos en la nada, llenos de la nada, que sirven para nada, en un mundo de nadas para encajar. En un tetris de la nada hay una sola pieza que sirve y se llama vacío. Y tu mamá, tu ser mas querido en la tierra, en la Tierra, "en la tierra", te da su pedazo de nada con una sonrisa cansada por el costo de comprar tantas nadas para regalar. Por favor, amores de pies en tierra, no bajen las espaldas a cargar lo que luego haran trueque por espejos de colores. Les dije que era tumultuoso... Por eso en el estupido dia de mi cumpleaños, a los x años de aniversario de mi nacimiento, dame tu huella. Denme su huella personas de tierra. Dame tu sonrisa si me vas a hablar de amor. Dame mejillas tensas, ojos entrecerrados y tus dientes apretados si tu vida es una ingrata. Dame la huella en retazos de algodón, en líneas curvas sobre una recta, en miradas brillantes que no se olvidan. No me ofrezcas la nada, porque ya me pesa demasiado.

No hay comentarios.: